El Campeonato Mundial de Ajedrez de 1972, conocido como “El Partido del Siglo”, fue sin duda un enfrentamiento monumental entre dos gigantes del ajedrez: el retador estadounidense Bobby Fischer y el campeón soviético Boris Spassky.
El enfrentamiento fue dramático de principio a fin. El comportamiento de Fischer, tanto antes como al inicio del torneo, fue como de costumbre: impredecible. Estuvo a punto de perder el partido por completo, llegando a Reikiavik, Islandia, apenas unas horas antes de la fecha límite. Además, hizo numerosas exigencias, incluyendo cambios en la iluminación y en los cojines de las sillas.
Luego, Fischer perdió por abandono la partida 2 debido a una disputa sobre las cámaras en el auditorio. Este comienzo turbulento lo dejó con un marcador en contra de 0-2 antes de jugar una partida completa, lo que llevó a muchos a pensar que el enfrentamiento ya estaba perdido.
Cuando se acercaba la partida 3, Fischer lanzó una jugada inesperada que cambió el rumbo del enfrentamiento. Solicitó jugar en una sala tras bastidores, alejado de las cámaras y del público. Los organizadores trasladaron su petición al equipo de Spassky, quien inicialmente se opuso. Sin embargo, en un giro sorprendente, Spassky aceptó las condiciones de Fischer. Muchos expertos creen que, si Spassky se hubiera mantenido firme, el título de campeón podría haber permanecido en manos de la Unión Soviética. Hasta ese momento, Fischer nunca había vencido a Spassky en una partida oficial.
A partir de ese momento, el juego de Fischer se volvió casi imparable. Ganó las partidas 5, 6, 8 y 10, logrando una ventaja contundente. La partida 6 es considerada por muchos expertos como una de las mejores partidas jamás jugadas.
A lo largo de 21 partidas de guerra psicológica y ajedrez brillante, Fischer dominó el enfrentamiento, ganando con un marcador final de 12½ – 8½. Se convirtió en el primer (y hasta hoy único) campeón mundial de ajedrez nacido en Estados Unidos.
Este épico enfrentamiento sigue siendo recordado hoy como uno de los mayores duelos en la historia del ajedrez. Convirtió a Fischer y Spassky en nombres reconocidos mundialmente y aseguró su lugar como leyendas eternas del ajedrez.
Nos vemos en el tablero de ajedrez,
Coach AL
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